viernes, 18 de marzo de 2011

Vagamundo y otros relatos - Eduardo Galeano



Durante dos años, colaboré en la ya desaparecida revista literaria FICCIONARIO con algunas críticas. Será un placer compartirlas de nuevo con todo el mundo en este fantástico blog.

Y quiero empezar con un libro mágico, por él en sí mismo y por lo que significó en mi vida. Si no habéis leido aún a Galeano, hay colores en el mundo que no conocéis. Buscadlo en la estantería y abrid bien los ojos...




Título: Vagamundo y otros relatos
Autor: Eduardo Galeano
Editorial: Siglo XXI
Páginas: 348p

MUJER QUE DICE CHAU: Me llevo un paquete vacío y arrugado de cigarrillos Republicana y una revista vieja que dejaste aquí. Me llevo los dos boletos últimos del ferrocarril. Me llevo una servilleta de papel con una cara mía que habías dibujado, de mi boca sale un globito con palabras, las palabras dicen cosas cómicas. También llevo una hoja de acacia recogida en la calle, la otra noche, cuando caminábamos separados por la gente. Y otra hoja, petrificada, blanca, que tiene un agujerito como una ventana, y la ventana estaba velada por el agua y yo soplé y te vi y ése fue el día en que empezó la suerte. Me llevo el gusto del vino en la boca. (Por todas las cosas buenas, decíamos, todas las cosas cada vez mejores, que nos van a pasar). No me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los besos cuando te ibas (no estaba nunca dormida, nunca). Y un asombro por todo esto que ninguna carta, ninguna explicación, pueden decir a nadie lo que ha sido.


Eduardo Galeano tiene un modo de escribir suave, dulce y preciso, parecido a su modo de hablar. Este uruguayo calmoso inventó unos marcos literarios propios que muchos de nosotros hemos hecho nuestros con el tiempo: sus conocidas ventanas.
‘Vagamundo y otros relatos’ no contiene exactamente estas ventanas que lo hicieron famoso, pero tiene pequeños cuentos, historias comunes que se vuelven maravillosas, que podríamos prender de nuestra solapa o nuestro pelo. Pequeñas y preciosas joyas que nos punzan de a poquito el corazón y nos endulzan la boca. Y otras que nos desgarran por dentro pero de un modo tan lento que no sabemos lo triste que es todo hasta que llegamos al final. Y vuelta a empezar, de nuevo otro que nos descubre un amanecer maravilloso. Un pedacito de cielo, un día de verano de aquellos que todos recordamos con nostalgia. También encontramos fábulas animales, o protagonizadas por personajes de la mitología americana, seres fantásticos que hablan y viven con los hombres, no se sabe si hace muchos años o en este mismo siglo XXI. Pero en equilibrio de poderes.

Fue condenado por los ‘escuadrones de la muerte’ de Videla en Argentina mientras allí vivía, teniendo que exiliarse en España. La dureza de la historia vivida baña su prosa de un modo lúcido en el sentido de iluminador. Todos sus textos tienen la magia del cuento y la crudeza de lo que se sabe real. El encanto está en el modo de mezclar ambas hasta que no sabes bien qué pertenece a una y qué a otra.

Otro de sus libros,
Las venas abiertas de América Latina (1971) es su obra más conocida, un acta de acusación de la explotación de Latinoamérica por poderes extranjeros a partir del siglo XV. Pero para mí, ‘Vagamundo y otros relatos’ tiene un poco de todos sus libros, de todos sus viajes al sentimiento humano, a los paisajes salvajes de su América natal, a la lucha y al grito para que oigan a los oprimidos. Y además conserva el alma de esos libros de cuentos que esconden tesoros y que metemos los primeros en los baúles de mudanza, los que de ninguna forma queremos perder en el viaje.

Amor, venganza, odio... sentimientos universales vistos de nuevo por un hombre tranquilo, que sabe, como vamos aprendiendo todos en la vida, que según nos trate esta y nos dejemos querer por ella, el jaguar dormido que llevamos dentro podría despertar lleno de furia o permanecer vigilante. Porque todos podemos transformar lo bello en infierno.... y tal vez, ojalá, viceversa.

martes, 15 de marzo de 2011

CRÓNICA DEL PÁJARO QUE DA CUERDA AL MUNDO


Crónica del pájaro que da cuerda al mundo
Haruki Murakami
Editorial TusQuets
903 páginas



Argumento:

El Joven Tooru Okada, que acaba de dejar su trabajo en un bufete de abogados, recibe un día la llamada anónima de una mujer. A partir de ese momento, la existencia de Tooru sufre una extraña transformación. Su mujer desaparece, comienzan a surgir a su alrededor misteriosos personajes, y lo real se degrada hasta cobrar tintes fantasmagóricos. Mientras los sueños invaden cada vez más la realidad, Tooru Okada deberá resolver conflictos que ha arrastrado a lo largo de toda su vida.

Opinión personal:

Es un libro intrigante y una historia, como todas las de Murakami que he leído, extraña, muy extraña.

Está lleno de extraños personajes, extrañas situaciones e increíbles reflexiones y el protagonista tiene una forma de ser de la que he aprendido muchísimo. A pesar de las raras situaciones que vive, se adapta a todas y cada una de ellas casi impasible y sin mostrar demasiado sus sentimientos, salvo el amor que le tiene a su mujer y las ganas de recuperarla.

Otras opiniones:


«Un libro que aumenta la reputación de un autor aclamado como uno de los más importantes novelistas contemporáneos” Times Literary Supplement

Un extracto del libro:


“Poco después de las nueve, el teléfono sonó de repente. Por el momento, no descolgué. Permanecí unos instantes mirando fijamente cómo sonaba encima de la mesa preguntándome quién diablos sería. ¿Quién era y qué quería de mí? Pronto lo adiviné. Era la mujer del teléfono. No sé por qué, pero estaba seguro. Ella, que requería mi presencia desde aquella extraña habitación oscura. Aún flotaba, allí, aquel denso y pesado olor a flores. Allí aún estaba ella con su violento deseo sexual. “Te haré lo que tú quieras. Incluso lo que tu mujer no quiere hacerte”. Al final, decidí no descolgar. El teléfono sonó diez veces, se cortó y volvió a sonar doce veces más.
Luego, el silencio. Un silencio mucho más profundo que antes de sonar el teléfono. Mi corazón latía con fuerza. Me quedé mucho tiempo contemplándome la punta de los dedos. Imaginé mi sangre, propulsada por el corazón, llegando despacio hasta la punta de los dedos. Me cubrí la cara con ambas manos y exhalé un profundo suspiro.
En el silencio de la habitación, sólo resonaba el tictac del reloj. Fui al dormitorio, me senté en el suelo y volví a contemplar la maleta durante unos instantes ¿La isla de Creta? Lo siento mucho, pero pienso irme allí. Estoy harto de vivir aquí como Tooru Okada “El hombre que antes era Tooru Okada se irá a la isla de Creta con la mujer que antes era Creta Kanoo” dije en voz alta. Ni yo mismo sabía a quién me dirigía. A alguien.

Tic-tac, tic-tac. El reloj marcaba el paso del tiempo. Y ese sonido parecía sincronizado con los latidos de mi corazón.